El fallo que condenó al exdiputado provincial Germán Kiczka a 14 años de prisión por tenencia, facilitación y distribución de Material de Abuso Sexual Infantil (MASI), y a su hermano Sebastián a 12, marcó un antes y un después en la justicia de Misiones. La sentencia, leída este miércoles a las 21.50 tras más de trece horas de audiencia, cerró tres semanas de juicio oral con un procedimiento inédito por el volumen de pruebas digitales y la carga simbólica del cargo político que ostentaba uno de los imputados.
“No conocemos aún los fundamentos de la sentencia, eso es algo que nosotros siempre tenemos que evaluar, pero a priori no está lejos de lo que pedimos. Ciertamente nos vamos conformes. Al menos yo creo que hemos logrado nuestro propósito de hacer justicia de la manera que la pensamos”, señaló el fiscal Martín Rau.
Por otro lado, el fiscal Vladimir Glinka destacó a Iguazú 24: “La verdad es que estoy muy cansado, pero extremadamente satisfecho. Nos costó un montón. La exhibición del material fue horrible. Espero que sea algo que no tengamos que volver a hacer. Quiero que este caso se utilice para hacer lo mismo en los que vienen. Esto fue algo nuevo, costó un montón, costó entender, costó desarrollar, es una técnica nueva de mostrar la prueba, así que realmente estamos muy conformes».
Y señaló: «La pena tiene que ver con lo que uno hace estrictamente, no con quién es. En el caso de Germán, él tenía más dispositivos y más material. Esa es la razón por la cual la pena de él es mayor que la del hermano”.
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